LA SÉPTIMA PARA SER Y DEJAR SER
- Evento Capital
- 19 sept 2019
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Por: Carmen Maldonado

La carrera Séptima ha sido la avenida más representativa de la ciudad de Bogotá por su valor histórico y cultural que se remonta desde su fundación en el siglo XVI y después por unir las dos plazas primordiales de la ciudad; San Francisco, en la calle 14 y la de Bolívar, en la calle 10.
Se trazó sobre un viejo camino étnico que iba al poblado indígena de Usaquén. Su prolongación iba a Zipaquirá y finalmente a la ciudad de Tunja, cruzado el río San Agustín y el San Francisco.
La carrera Séptima es la avenida que tiene más diversidad de usos de la ciudad; vehicular, peatonal, ciclístico, maratónico, carnavalesco, religioso, recreativo y de marcha social, política y militar.
Para el 6 de enero del 2015 fue eliminada desde las calles 32 hasta la 92, cambiando la circulación para ambos sentidos para la facilidad del flujo de movilidad en el occidente de la ciudad.
La calle real como la llamaban anteriormente cuenta con una estación subterránea de Transmilenio ubicada entre la Carrera 7 y la Carrera 10 llamada Museo Nacional.
La séptima se volvió un escenario de narración sobre la vida, el arte y la cultura en donde artistas independientes por medio de danza, pinturas, retratos, música y actividades dejan ver la historia de Colombia y sus tradiciones. Estas se encargan de transmitir y no dejar morir las huellas de nuestros antepasados.
Caminar por la séptima desde el parque nacional hasta la casa de Nariño, se volvió una tradición turística de los colombianos, en la que se encuentran diversos puntos de interés como el mercado de pulgas, estatuas vivientes, el teatro Jorge Eliécer Gaitán, placas de mármol incrustadas en las pareces con antiguos nombres de negocios y de reconocidos personajes que marcaron la historia de Bogotá y de nuestro país.

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